El afectado por Diabetes Tipo I
Rodrigo Martín San Agustín, es un chico de 23 años natural de Ciudad Rodrigo (Salamanca).
En la actualidad reside en Valencia, ciudad donde realizó su carrera profesional como Fisioterapeuta de la cual ejerce.
Desde su infancia se ha dedicado al deporte, más concretamente al atletismo, y a pesar de manifestarse y diagnosticarle su enfermedad a los 17 años, nunca se ha rendido y ha seguido en el mundo del deporte.
En una de las entradas de su Blog: "Diabetes y Deporte; más independencia", relata en su quinto aniversario desde que le diagnosticaron la enfermedad, y recuerda los momentos vividos cuando ésta se manifestó.
En una de las entradas de su Blog: "Diabetes y Deporte; más independencia", relata en su quinto aniversario desde que le diagnosticaron la enfermedad, y recuerda los momentos vividos cuando ésta se manifestó.
Nos da una clara imagen de como una persona admite, convive y celebra esa nueva condición de vida que le ha llegado con su enfermedad, afrontándola de una manera positiva.
5º aniversario; 5º cumpleaños.
Aquellos que
conocen mi debut, saben que no fue un encuentro fácil, pero tras el primer
golpe, no perdí el tiempo en asumir esa tan inesperada y nueva compañera.
Recuerdo
aquellos primeros síntomas, donde no aguantaba sin ir más de media hora a la
nevera a por agua o como, poco a poco, iba perdiendo peso. Hechos que relacione
al encontrarme en un intercambio en California con el cambio de rutina y de
dieta que conllevaba, pero ya en los últimos día, veía que algo no iba bien.
Y como
olvidar mis viajes por los aeropuertos en silla de ruedas, sin poder andar pero
sin perder tampoco la sonrisa, gracias a una de esas personas que en los
momentos más difíciles, añade nuevos significados a la palabra amigo.
O como
borrar el momento de los sanitarios subiendo al avión e ir en ambulancia al
Ramón y Cajal, y una vez en Urgencias, decirme que el motivo de mis males se
llamaba diabetes, sin yo saber que era esa enfermedad.
Con el paso
del tiempo, vi que esa experiencia se había llevado un poco del Rodrigo que
embarcó 3 semanas antes rumbo a EEUU y con su adolescencia todavía en la
mochila.
Pero el
llevar al límite tanto al cuerpo como a unas fuerzas anímicas que con el paso
del minutero disminuían, provocaron quizás que apareciera una madurez prematura
y surgiera el principio de unos valores que hoy me visten.
El no
desdibujar mi sonrisa ni aún no pudiendo caminar, fue porque pesaban más las
ganas por vivir que por caer en la negatividad y rodearme de sus miedos, y
todavía, no hay mañana que no me lo repita.
Ahí entendí
que la lucha diaria no tiene más fin que la felicidad, que tus fuerzas deben de
ir dirigidas a pintar una sonrisa permanente, y allí, donde siempre tenga sol
para crecer, esta tu hogar.
Y después de
vivir aquello, elevé unos cuantos metros el listón de los problemas y donde
unos ven obstáculos, yo ahora veo retos que me ayudan a crecer.
También los
sacrificios que tuve que realizar, aunque no supusieran cambio alguno en mi
modo de vida, pero el priorizar y decidir en determinadas situaciones es algo
impreso en la diabetes, y extrapolable al resto de decisiones.
Quizás el
tener que ir con mi medidor y mi insulina casi siempre a cuestas puede parecer
pesado, pero mi bandolera forma parte de las fotografías de los mejores
momentos de estos 5 años, los cuales los considero los más felices de mi vida.
Lógicamente,
la naturalidad del asunto no sería posible sin estar rodeado de gente que me
ayuda a verlo como algo completamente normal, incluso a reírme de ella por raro
que resulte a veces, pero en vez de molestarme, es algo que tengo que agradecer
enormemente.
No puedo
negar la condición de que la diabetes ya forma parte de lo que soy, pues él
como del donde estoy, algunas veces la ha tenido por brújula y si no
hubiera vivido todo aquello, ahora no estaría escribiendo esto en Valencia,
pudiendo compartir mis días con gente increíble y ver la vida del modo en que
lo hago.
Por ello,
hace dos semanas, celebraba junto algunos de los míos, mi 5º cumpleaños, porque
al fin y al cabo, es algo que celebrar.