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miércoles, 10 de diciembre de 2014

CASO REAL, DIABETES TIPO II

Hoy le hemos realizado una entrevista a una persona con Diabetes tipo II.

La usuaria se llama Mª Luisa Martínez Hierro. Tiene 54 años y reside en la ciudad de Miranda de Ebro. 

-¿Cuándo le detectaron la diabetes? 
-Hace diez años, cuando sufrí un accidente de tráfico.

-¿Qué significó para ti la enfermedad en ese momento? 
-Pues tener que prestar una mayor atención a la alimentación y al resto de síntomas como son las heridas, el aumento de sed, los problemas en los pies...

-¿Te esperabas que fueras a padecer esta enfermedad? 
-Para nada, fue inesperado.

-¿Había algún miembro de tu familia con esta enfermedad en aquel entonces? 
-No, por eso me sorprendió aún más. 

-¿Recibiste la información indicada sobre la enfermedad? 
-Me dieron información en el ambulantorio y también recibí información de una asociación de Vitoria. Busque información por mi cuenta en internet pero considero que me dieron bastante información.

-¿Qué aspectos han cambiado en tu vida desde entonces? 
-Lo que más a cambiado y se nota es que cuando tengo comidas familiares o sociales tengo que estar siempre calculando todo lo que como (los azúcares, las proteínas...) para no pasarte.

-¿Has sufrido alguna complicación de la diabetes? 
-Solamente alguna vez bajadas de glucosa bien por calor o por falta de alimentación.

-¿Te controlas con regularidad el nivel de glucosa en sangre? 
-Casi todas las mañana y dos veces al mes completa; mañana y noche. Y cada tres meses me hago una analítica.

-¿Qué tratamiento usas para combatir la diabetes? 
-Glinmeperida en el desayuno tres miligramos y metformina de 650 miligramos comida y cena.

-Me has comentado que tienes dos hijos, ¿sufriste diabetes gestacional en alguno de los dos embarazos? 
-No, en ninguno de los dos.

-Para la diabetes es recomendable hacer un mínimo 30 minutos de ejercicio moderado al día, ¿lo llevas a cabo? 
-Todos los días no, pero ahora mi hija se ha echado un perro y de vez en cuando le saco a pasear y así hago ejercicio.

-Has dicho que viajas muy a menudo, cada vez que viajas ¿llevas los utensilios adecuados para regular el nivel de glucosa? 
-Si, siempre lo llevo todo. Las pastillas, el aparato para medirme la glucosa etc...

-Y por último, me consta que has leído nuestro blog, ¿te ha sido útil?, ¿has aprendido cosas nuevas que no sabías sobre la diabetes? 
-Si me ha parecido muy interesante y he visto algunas cosas que no sabía sobre la diabetes. 

-Con esto hemos finalizado la entrevista, muchas gracias por tu colaboración y esperamos que sigas leyendo nuestro blog y te siga siendo útil.
-No hay de qué, gracias a vosotras por hacer un poco más visible nuestra enfermedad.





jueves, 27 de noviembre de 2014

CASO REAL, DIABETES TIPO I

El afectado por Diabetes Tipo I 


Rodrigo Martín San Agustín, es un chico de 23 años natural de Ciudad Rodrigo (Salamanca).

En la actualidad reside en Valencia, ciudad donde realizó su carrera profesional como Fisioterapeuta de la cual ejerce.

Desde su infancia se ha dedicado al deporte, más concretamente al  atletismo, y a pesar de manifestarse y diagnosticarle su enfermedad a los 17 años, nunca se ha rendido y ha seguido en el mundo del deporte.


En una de las entradas de su Blog: "Diabetes y Deporte; más independencia", relata en su quinto aniversario desde que le diagnosticaron la enfermedad, y recuerda los momentos vividos cuando ésta se manifestó.

Nos da una clara imagen de como una persona admite, convive y celebra esa nueva condición de vida que le ha llegado con su enfermedad, afrontándola de una manera positiva.


5º aniversario; 5º cumpleaños.

Pendiente tenía una entrada sobre estos 5 años junto a la diabetes, o como prefiero decir, mi 5º cumpleaños, pero por exámenes y falta de tiempo no había podido desviarme del camino trazado en las últimas entradas, y poder reflexionar todo lo que supuso para mí aquel 1 de Junio.

Aquellos que conocen mi debut, saben que no fue un encuentro fácil, pero tras el primer golpe, no perdí el tiempo en asumir esa tan inesperada y nueva compañera.

Recuerdo aquellos primeros síntomas, donde no aguantaba sin ir más de media hora a la nevera a por agua o como, poco a poco, iba perdiendo peso. Hechos que relacione al encontrarme en un intercambio en California con el cambio de rutina y de dieta que conllevaba, pero ya en los últimos día, veía que algo no iba bien.

Y como olvidar mis viajes por los aeropuertos en silla de ruedas, sin poder andar pero sin perder tampoco la sonrisa, gracias a una de esas personas que en los momentos más difíciles, añade nuevos significados a la palabra amigo.

O como borrar el momento de los sanitarios subiendo al avión e ir en ambulancia al Ramón y Cajal, y una vez en Urgencias, decirme que el motivo de mis males se llamaba diabetes, sin yo saber que era esa enfermedad.

Con el paso del tiempo, vi que esa experiencia se había llevado un poco del Rodrigo que embarcó 3 semanas antes rumbo a EEUU y con su adolescencia todavía en la mochila.

Pero el llevar al límite tanto al cuerpo como a unas fuerzas anímicas que con el paso del minutero disminuían, provocaron quizás que apareciera una madurez prematura y surgiera el principio de unos valores que hoy me visten.

El no desdibujar mi sonrisa ni aún no pudiendo caminar, fue porque pesaban más las ganas por vivir que por caer en la negatividad y rodearme de sus miedos, y todavía, no hay mañana que no me lo repita.

Ahí entendí que la lucha diaria no tiene más fin que la felicidad, que tus fuerzas deben de ir dirigidas a pintar una sonrisa permanente, y allí, donde siempre tenga sol para crecer, esta tu hogar.

Y después de vivir aquello, elevé unos cuantos metros el listón de los problemas y donde unos ven obstáculos, yo ahora veo retos que me ayudan a crecer.

También los sacrificios que tuve que realizar, aunque no supusieran cambio alguno en mi modo de vida, pero el priorizar y decidir en determinadas situaciones es algo impreso en la diabetes, y extrapolable al resto de decisiones.

Quizás el tener que ir con mi medidor y mi insulina casi siempre a cuestas puede parecer pesado, pero mi bandolera forma parte de las fotografías de los mejores momentos de estos 5 años, los cuales los considero los más felices de mi vida.

Lógicamente, la naturalidad del asunto no sería posible sin estar rodeado de gente que me ayuda a verlo como algo completamente normal, incluso a reírme de ella por raro que resulte a veces, pero en vez de molestarme, es algo que tengo que agradecer enormemente.

No puedo negar la condición de que la diabetes ya forma parte de lo que soy, pues él como del donde estoy, algunas veces la ha tenido por brújula  y si no hubiera vivido todo aquello, ahora no estaría escribiendo esto en Valencia, pudiendo compartir mis días con gente increíble y ver la vida del modo en que lo hago.

Por ello, hace dos semanas, celebraba junto algunos de los míos, mi 5º cumpleaños, porque al fin y al cabo, es algo que celebrar.